martes, 17 de junio de 2008

Diecisiete.

Hace hoy exactamente tres años que llegué a La Vipère Noire. Exactamente tres años desde que Madame Black me acogió en su seno tras ser abandonada a mi suerte por una de las familias más influyentes y poderosas de la ciudad.
Aplasté el cigarrillo contra el cenicero de cristal y me recosté en el sillón de terciopelo rojo. La rabia volvió a inundarme, como cada aniversario. Lloraría si pudiera, creedme, pero hace tiempo que aprendí, a base de duros golpes, que las lágrimas no tienen cabida en un lugar como este.
El recuerdo de mi padre afloró en mi memoria, contaminándola. Aquel ser despreciable había permitido que una niña apenas desarrollada fuera ultrajada y vejada de semejante forma...
Arañé con violencia la piel de mis brazos, notando poco a poco la sangre caliente manar por entre mis dedos. Oí, entre los ecos de mi delirio, unos pasos acercándose apresuradamente.
-¡Victoria! ¡Victoria, detente!
Chillé y pataleé cuanto pude en el momento en que un par de manos de hombre me asieron suavemente aunque con firmeza. Una figura alta y de magníficas proporciones anduvo hacia nosotros, anudándose con elegancia la bata de seda aguamarina que cubría su cuerpo semidesnudo.
-¿Otra vez, petite Victoire? -susurró, acariciando mi pelo con infinita dulzura. -No debes preocuparte por el pasado, querida. Nosotros, -dijo, señalando a la decena de rostros, tanto femeninos como masculinos, que habían acudido alarmados por el estruendo - somos tu única y verdadera familia. ¿Lo sabes, verdad?
Despació, mis labios se tornaron en una sonrisa y asentí. Madame Black ordenó a los demás que volvieran a sus ocupaciones y, después de ofrecerse a quedarse conmigo y ser rechazada, volvió a su habitación, situada tras el pasillo enmoquetado.
Candice curó mis heridas, pero ni siquiera le presté atención; cuando terminó, un simple y seco 'gracias' salió de mis labios.
Me levanté del sillón y me dirigí a mi habitación. Los clientes comenzarían a llegar en apenas una hora y debía estar lista.
Feliz aniversario, querido hogar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bien hago los honores de primer post,porque yo lo valgo

me gusta y me gusta mucho y lo sabes tiene el toque especial.

ha sido una gran tarde sencilla y simple pero buena.

ademas ya tengo nombre ^^ y un marido

te quiero

Anónimo dijo...

Como mola xDD

jejeje
k bn scribes!!

pero pa k luego m
digas emo

anda k arañarse los brazos
y sacarse sangre
mnuda fueza no?? xD

wno xau bss
Stephi

Anónimo dijo...

=)

yo
comentar
dormida
drogada
borracha..
yo
irme
urgente
mente

(K